viernes, 16 de enero de 2009

Tiempo pequeño.

Quién se va,
quién se queda,
a quién le duele más la soledad...
a quién le duele más la soledad
si todos los rincones de mi vida tienen algo tuyo.

¿Cuál es tu camino?
¿Cuál es el mió?
Dónde se encontraron,
dónde salía.
Anda, deja que te acompañe que no es momento de andar sola.

Con lo pequeño que es el tiempo,
quién recogerá el perdido.
Si tu me cuidas, yo me curo.
Mi cura es tu compañía.
Deja que te cuide la hada,
tu hada.
Anda, deja que te acompañe que no es momento de andar sola.

Mis cinco sentidos son para ti,
mi tiempo para ti,
mi mano para sujetarte a ti,
y mi alegría para que la bebas toda tú.
Anda, deja que te acompañe que no es momento de andar sola.

Déjame que te acompañe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada de soledad! A seguir en el tren q nos trajo hasta aca! Anda!

Liberto Brau dijo...

ummm... no hay que pedir permiso para acompañar a alguién solo/a... hay que ir a su lado aun en silencio... unas veces sombra, otras cicerone... sin nada a cambio, porque sí, ni por la limosna de una mirada o el premio de un abrazo...

gracias por venir de vez en cuando a AMANECE PÚRPURA, agradezco tus palabritas que hacen posible continuar publicando abiertamente mi novela...