De repente, ante el desastre, llega la conmoción.
Todo el mundo contiene la respiración y
nadie se atreve a pronunciar una palabra.
Parece imposible que en un mundo repleto de "gente"
la desgracia recaiga una y otra vez en la misma persona.
Pero es posible.
Y entonces los más ajenos se convierten en los más dolidos.
Todo el mundo se apresura a no querer salir en la foto...
pero siempre poniendose delante del objetivo.
Es el momento de aparecer, de hacer el máximo ruido posible
con los gestos y el silencio.
Y en pocas horas...todo cambia.
Quiero creer que vuestro jolgorio es más bien causa del miedo
a la realidad de la vida. Que es reflejo del miedo a no tener nada seguro.
Porque la vida amigos, es como el agua entre las manos.
Quiero creer, de verdad, que vuestra pena no era fingida.
No quiero pensar que estabais, simplemente, siguiendo
vuestra terrible partida de ajedrez.
