lunes, 6 de octubre de 2008

Cómo empezar a vivir...


Cada rama seca cortada,

poco a poco, despejando el camino.

Y la púas de las zarzas se clavan en las manos...y duele.


Pero sigues, un corte aquí, otro alla.

Va pasando el tiempo y surgen los recuerdos.

Y sigues.

Para alguna rama se hace necesario el hacha y la sierra.

Pero sigues.


Poco a poco, va apareciendo la forma original.

Da igual, si el olivo está más o menos viejo.

Va apareciendo.

Y por fin acabas. Y te detienes a observarlo ahora.


Ya lo tienes, libre de todo lo que le axfisiaba.

Y el Olivo comienza a respirar.

Y también tú empiezas a respirar.

Y sientes su alivio, que también es el tuyo.

Ahora es él mismo. Su forma. El olivo.


Voy a esperar impaciente la primavera.

De qué manera crecerá, su forma, sus frutos, su evolución.


Y en la próxima poda, cuando lo necesitéis,

correré a ayudaros.

Hoy, yo también respiro mejor.