jueves, 26 de febrero de 2009

Sin buscar.

Como un cuchillo en la mantequilla
entraste a mi vida cuando me moría,
como la luna por la rendija,
así te metiste entre mis pupilas.


Y así te fui queriendo a diario
sin una ley, sin un horario
y así me fuiste despertando
de cada sueño donde estabas tu.


Y nadie lo buscaba y nadie lo planeo así.
En el destino estaba que fueras para mi.
Y nadie apostaba por que aquello fuera tan feliz
pero cupido se apiado de mi.


Como la lluvia en pleno desierto
mojaste de fe mi corazón,
ahogaste mis miedos
como una dulce voz en el silencio.
Así nos llego el amor... amor del bueno.


Y así te fui queriendo a diario
sin una ley, sin un horario
y así me fuiste despertando
de cada sueño donde estabas tu.

Y nadie lo buscaba y nadie lo planeo así.
En el destino estaba que fueras para mi.
Y nadie apostaba por que aquello fuera tan feliz
pero cupido se apiado de mi.