miércoles, 2 de abril de 2008

Que el mundo es solo para ti...











Un día, despues de aterrizar.
De la misma forma que desapareció, me encontré
con todo lo que pensaba que era irrecuperable.
Reconocí primero los ojos, luego al verlos, la sonrisa.
Más tarde la risa. Era la de siempre. La recordaba perfectamente.
La energía, la ilusión, las ganas...
A veces me paraba a pensar, ..tranquila... no te apresures...
Pero estaba allí, justo delante mío.
No pienso dejarla marchar. ¡NI HABLAR DE ESO!
Me abrazé con toda mi alma, subí al avión y me la traje para casa.
Por fín, aquí, conmigo.
Algún día volveré a la isla. Para celebrar este encuentro.
La vuelta a la vida.