lunes, 3 de marzo de 2008

SIEMPRE


A pesar de todo, siempre.

Cuando estuve, estando.

Cuando estuve, sin estar.

Cuando aparecía y desaparecía.

Cuando te ayude y cuando te abandone.

Cuando lloré y sujetaste el teléfono, mi corazón y mi alma.

Cuando río y tu más aún.

Cuando se convierte en mágica la vida, las noches y tu compañía.

Siempre, para siempre, por siempre, GRACIAS.

EL OLVIDO.


¿Es posible olvidar a alguien? ¿O, simplemente, lo que hace la mente es trabajar con el corazón para arrinconar al recuerdo durante un tiempo? Pero, al fin y al cabo, el recuerdo, el olor, el sabor de esa persona sigue ahí y, de vez en cuando, rasga las paredes de nuestro cerebro. Ese cerebro que intenta borrar la presencia de alguien para siempre no es poderoso. No lo es.
Solamente juega con sus cartas hasta que llega alguien que, con su presencia y palabras, tapa, repito, solamente tapa, no suplirá nunca, la memoria del pasado.
Porque el olvido no es tan poderoso.
La razón sumerge al recuerdo en un mar de parches que nunca nos curarán...