jueves, 20 de marzo de 2008


A veces, cansada de decepciones, errores, faltas y promesas sin cumplir, te rindes a unos brazos que te transportan al sexo cubierto de libido, aunque solamente sea por una noche.
Apenas hace falta hablar. Con unas cuantas miradas, alguna que otra conversación interesante y compartir algunos gustos, es suficiente para dejarte llevar por el deseo que existe entre tú y alguien a quien acabas de conocer.
Cuando estás cansada de llamar a las puertas del amor y de que el amor no llame a tu puerta, cuando has echado la llave desde dentro y cerrado el candado desde fuera, solamente te dejas llevar por el deseo que te pide tu cuerpo.
Cuerpo y mente se separan. Pero los dos disfrutan al unísono cuando el sexo es el único papel importante de la función.
( de el espectaculo de la vida)