
Cada rama seca cortada,
poco a poco, despejando el camino.
Y la púas de las zarzas se clavan en las manos...y duele.
Pero sigues, un corte aquí, otro alla.
Va pasando el tiempo y surgen los recuerdos.
Y sigues.
Para alguna rama se hace necesario el hacha y la sierra.
Pero sigues.
Poco a poco, va apareciendo la forma original.
Da igual, si el olivo está más o menos viejo.
Va apareciendo.
Y por fin acabas. Y te detienes a observarlo ahora.
Ya lo tienes, libre de todo lo que le axfisiaba.
Y el Olivo comienza a respirar.
Y también tú empiezas a respirar.
Y sientes su alivio, que también es el tuyo.
Ahora es él mismo. Su forma. El olivo.
Voy a esperar impaciente la primavera.
De qué manera crecerá, su forma, sus frutos, su evolución.
Y en la próxima poda, cuando lo necesitéis,
correré a ayudaros.
Hoy, yo también respiro mejor.
3 comentarios:
Dicen que el río siempre acaba volviendo a su cauce.
Ojalá sea cierto
Precioso poema.
Un saludo.
Cierto es, amiga Angelusa.La naturaleza es muy sabia.
El río simpre lucha por mantener su cauce y NUNCA el que el "hombre" le impone. Por muchas obras de ingenieria super estudiadas y planeadas.
Y si el "hombre" intenta vencer a la naturaleza, esta se vuelve debastadora para él en el momento más inesperado. Arrasando todo en su camino. Para vover a su cauce.
En mi caso, el río está en su cauce.
Donde debía estar hace tiempo.
Ahora solo tarnscurre tranquilo, esperando un importante afluente que le arrebetaron.
Y llegará el día, estoy segura, que en cualquier orilla aparecerá.
Mi afluente. Del que hago más puras y brabas mis aguas.
Aquel que está esperando la manera de llegar, y fundirse en mis mismas aguas.
Llegará. Solo hay que esperar.
UN SALUDO AMISTOSO.
Llegará:-)))
Y, ojalá llegue mi afluente, ese que también me fue arrebatado.
Un saludo, compañera:-))*
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